- Escuche el motor mientras se encuentre frío.
Si puede escuchar un sonido de zumbido procedente de la turbina durante su funcionamiento, es probable que los cojinetes estén desgastados. El chirrido metálico, causado por los álabes del rodete impulsor al entrar en contacto con la carcasa de la turbina, es indicativo del mismo fallo.
- Inspeccione la carcasa del turbocompresor en busca de depósitos de aceite.
Si éstos se encuentran cerca de la rueda de la turbina, lo más probable es que su turbocompresor esté fallando. Pero si en cambio las manchas de aceite son encontradas en la conexión con el colector de escape o en el tubo de suministro de aire, podría haber algún problema con el motor o el sistema de ventilación del cárter.
- Compruebe el color de los gases de escape.
Si el turbo está desgastado, el aceite se filtrará en el colector de admisión junto con el aire cargado y, luego, éste será quemado en las cámaras de combustión del motor. Como consecuencia, los gases de escape se vuelven negros.
- Escanee el sistema utilizando un dispositivo especial.
Para llevar a cabo el diagnóstico, necesitará un adaptador, el software correspondiente, un ordenador portátil o un smartphone. Todas las mediciones serán tomadas con el motor a ralentí. Podrá encontrar información más detallada acerca de este método de diagnóstico en el manual del usuario de su adaptador de diagnóstico.
Te puede interesar: Cómo prolongar la vida útil del turbocompresor de tu coche - Retire el turbo de su coche y compruebe el eje en búsqueda de juego libre.
Sostenga el extremo del eje e intente balancearlo de un lado a otro. El juego libre del componente no debería superar 1 mm. El eje no debería moverse a lo largo de la carcasa.
- Inspeccione los álabes del rodete impulsor y las paredes del turbocompresor.
Los álabes deben poseer bordes afilados y lisos sin presentar rebabas, abrasiones ni muescas. Las paredes por su parte no debe tener signo alguno de contacto con los álabes del impulsor.
Quizá te interese: ¿Qué es el intercooler y cómo funciona? - Asegúrese de que el actuador y los sensores están funcionando correctamente.
No debe haber abolladuras en la carcasa del actuador ni manchas de corrosión en la parte superior de la varilla. Compruebe que el diafragma permanece intacto. Eleve la varilla a su posición más alta, cierre el orificio utilizando su dedo y luego suéltelo. La varilla no debería moverse mientras que el orificio está cerrado. En cuanto usted lo suelte, la varilla debería regresar a su posición inicial. Compruebe la parte eléctrica del actuador utilizando un multímetro.
- Si tiene un turbocompresor de geometría variable, compruebe que el anillo del álabe no se encuentra atascado.
Los álabes deberían moverse con libertad. Realice el diagnóstico de la unidad utilizando un compresor de aire y un manómetro. Si el anillo del álabe se encuentra intacto, el actuador se moverá libremente a una presión de aproximadamente 0,6-0,7 bar.
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