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¿Cuáles son los síntomas de una pinza de freno estropeada?
El mal funcionamiento de esta pieza viene indicado por una disminución de la eficiencia de frenado, el sobrecalentamiento del disco de freno y las vibraciones y chirridos de la pinza de freno que se escuchan cuando el coche se encuentra en movimiento. El vehículo puede desviarse hacia un lado al frenar. A veces, puede percibirse un olor a quemado. Al realizar una inspección puede descubrirse que la pinza de freno tiene fugas. Moviendo la pinza de freno, es fácil detectar la holgura de los pasadores guía.
¿Necesito sustituir las pinzas de freno por parejas?
No es necesario sustituir las pinzas de freno por parejas. Se trata de unas piezas bastante duraderas y se cambian a medida que fallan. Sin embargo, si va a instalar nuevas pastillas de freno cuando realice una reparación, tenga en cuenta entonces que deben ser cambiadas como un juego en el mismo eje.
¿Cuáles son los signos de una pinza de freno agarrotada?
Si una pinza de freno se ha quedado agarrotada, el coche se desviará hacia un lado cuando se pisa el pedal de freno. Esto ocurre porque una de las pastillas de freno en la parte defectuosa roza contra el disco, haciendo que las ruedas giren a distintas velocidades. Además, el disco puede sobrecalentarse, algo que puede ser visto inmediatamente después de detener el vehículo: el componente está al rojo vivo. Cuando se suelta el pedal de freno, pueden escucharse chirridos y sonidos de traqueteo y el pedal puede hundirse hasta el suelo del coche.
El agarrotamiento de la pinza de freno puede estar provocado por unos pasadores guía y unos pistones en mal estado. Los primeros pueden dejar de funcionar debido a que los fuelles guardapolvo están desgastados, no pudiendo evitar que la suciedad y la humedad se introduzcan en el mecanismo y que se produzcan fugas de grasa. Esto resulta en desgaste abrasivo, además sobrecalentamiento y corrosión de las piezas, que con el paso del tiempo acaba causando su atascamiento. Estas mismas consecuencias pueden ser causadas por el uso de lubricante inadecuado que bloquea el movimiento de las piezas si se solidifica.
Por lo general, los pistones quedan agarrotados por el desgaste de los fuelles del pistón, lo que permite la influencia dañina de la suciedad, la humedad y los agentes de deshielo, que acaba causando corrosión. En ocasiones, el pistón queda agarrotado debido a una desalineación provocada por un error de instalación o bien por un exceso de holgura entre las paredes de la pinza y el pistón, aumentado debido al desgaste natural.
Estos fallos deben ser solucionados inmediatamente después de haber sido detectados. Conduciendo con unos frenos agarrotados corremos el riesgo de que se produzca desgaste prematuro y deformación de las pastillas de freno, sobrecalentamiento del sistema de frenos al completo, la ebullición del líquido de frenos, y, como consecuencia, la pérdida de sus propiedades de funcionamiento. También puede aumentar el consumo de combustible. Los neumáticos sufren un desgaste desigual. El motor y la transmisión funcionan sometidos a cargas más altas.
¿Es difícil cambiar las pinzas de freno?
La dificultad para desmontar e instalar esta pieza depende principalmente del diseño de su coche. Por lo general, la sustitución de una unidad lleva entre 1 y 5 horas. En cualquier caso, este trabajo debe ser realizado por un profesional. Después de instalar la pieza nueva, se debe purgar el sistema de frenos. Es importante realizar este procedimiento correctamente, ya que la eficiencia de frenado depende de ello.
Hay que tener en cuenta que no siempre resulta necesario sustituir la unidad al completo. En la mayoría de los casos, el problema se puede resolver con la ayuda de un kit de reparación especial, sustituyendo los pistones, los pasadores guía, los fuelles guardapolvo y los sellos. También es aconsejable confiar la reparación de una pinza de freno a un mecánico especialista.